¿Tienes tiempo libre? Pues haz Chindogus.

No, no es otro puto sudoku de mierda. Los Chindogus, son invenciones completamente inútiles e inaplicables en la realidad.
Aunque el significado de la palabra japonesa, es realmente: "herramienta extraña o deformada", la palabra ha transcendido su deficinión, creando un movimiento social en Japón, institucional y académico, pues se ha creado a nivel internacional la International Chindogu Society (ICS), que se encarga de recopilar y regular las condiciones y requerimientos que dan categoría a los Chindogus. Además, desde un punto de vista educativo, los Chindogus sirven para trazar objetivos creativos en estudiantes de muy diferentes disciplinas, llevando a una creación de objetos que llevan al límite de lo imaginario de los estudiantes.

¿Cómo sabes si tu invento es un Chidogu? Pues si cumple estas premisas:

* No puede usarse realmente.
* Debe haberse construido (es decir existir).
* Debe tener un espíritu anárquico.
* Será pensado como una herramienta para uso diario.
* No puede estar o ponerse a la venta.
* No puede haberse creado sólo por broma.
* No puede ser o contener propaganda.
* Nunca debe ser o encarnar algo tabú.
* No puede patentarse ni registrarse bajo ninguna licencia
* No puede promover prejuicios.


Hay multitud de prestigiosas instituciones que le dan mucha importancia a los Chindogus, como ejemplo, decir que la Universidad de Pittsburg, proporciona recursos a la ICS y organiza sus propias competencias de Chindogus.

Uno de los gurús en éste tema, o el puto amo gurúmegahipersuperior con pistola de rayos de plasma, es Kenji Kawakami, autor de cuatro best sellers traducidos a diversos idiomas, que es aclamado ahora como visionario radical cuyo trabajo cuestiona nuestras ideas del consumismo y el sentido de lo práctico.
Tiene muchos inventos en su poder, como los siguientes:

* Unas gafas dispensadoras de gotas para los ojos.
* Un despertador con pinchos alrededor del botón.
* Un dispensador de papel (rollo de higíenico colocado en la cabeza) para resfriados.
* Una camiseta con coordenadas para saber donde debes rascar.

Para saber más y echaros unas risas, podéis compraros uno de los best-sellers de este hombre, "101 Inventos imbéciles, inútiles y japoneses". Kenji Kawakami. Ed. Glénat (2006).

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