
Ley de -Murphy para que suene el teléfono:
1º. Abra el agua de la ducha.
2º. Desnúdese.
3º. Mójese el pelo.
4º. Enjabónese el pelo.
Después de estos cuatro pasos, el teléfono sonará. Si va corriendo y coge el teléfono, será una equivocación o preguntarán por algún miembro familiar ausente en la casa en esos momentos. Si no atiende la llamada, unas semanas después descubrirá que era algo muy muy importante.
Ley de Murphy de la rebanada de pan:
Es sabido que una rebanada de pan untada con mantequilla, mermelada... siempre caerá en el suelo del lado en que está untado. Además la probabilidad se acentúa dependidendo del valor en el tinte de la alfombra.
Ley de Murphy para encontrar las llaves:
1º. Ve al supermercado.
2º. Compra varios productos.
4º. Paga.
3º. Mételos en una bolsa.
4º. Al llegar a casa abre el portal.
5º. Eureka, la llaves estarán siempre en el bolsillo opuesto de la mano que tienes libre.
Ley de Murphy para que una pieza de ropa sea más barata:
1º. Ve a la tienda.
2º. Compra algo.
3º. Pasea.
4º. Exacto, ahora habrás encontrado esa misma prenda en otra tienda mucho más barata.
Ley de Murphy para el cuidado de una planta:
1º Ubica la planta en cualquier lugar de la casa.
2º Pon al lado dos plantas más bonitas.
3º Exacto, las plantas bonitas morirán, pero la fea vivirá inexplicablemente.
Ley de Murphy del bolígrafo y el papel:
Si tienes papel, nunca tendrás bolígrafo a mano. Si tienes bolígrafo, nunca tendrás papel a mano y si tienes bolígrafo y papel, no tendrás nada que escribir.
Ley de Murphy de la chincheta:
Si se te cae una chincheta al suelo, es absurdo agacharse a buscarla. Simplemente tienes que descalzarte y pisar al azar en la habitación. La encontrarás.
Y unas cuantas más de propina:
Sólo cuando estás mojado en la ducha, te das cuenta de que no tienes toalla.
¿Cómo se echa el limón a la merluza?. Muy sencillo: Se tapan los ojos con la rodaja de pescado y después se espachurra el limón apuntando en cualquier dirección.
Siempre que llegas puntual a la cita no hay nadie allí para comprobarlo, y si por el contrario llegas tarde, todo el mundo habrá llegado antes que tú.
Da igual por donde abras la caja de un medicamento. Siempre te molestará el prospecto.
Sea lo que sea lo que necesites , ese algo siempre está al final de tu mochila.
Si intentas ponerte el pijama sin encender la luz para no despertar a la parienta, te lo pondrás al revés.
El jefe madruga pocas veces al año, sólo cuando tú llegas tarde.
Cuando tienes prisa por entrar en casa, introduces todas las llaves menos la indicada, que, casualmente, siempre es la última.
Si aparcas el coche lejos, encontrarás tres plazas de aparcamiento justo delante de la entrada.
Si crees que has sacado la carne del congelador, no lo has hecho. Si crees que te has dejado la plancha enchufada, la has dejado.
Si estás en una cola muy larga, los de atrás se pondrán en la caja que acaba de abrir, y tu te quedarás igual.
El tiempo necesario para volver a embalar un objeto es el resultado de multiplicar por 20 al que se necesitó para desembalarlo.
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