
El abogado de la AVT, Rodríguez Segura, un señor que lleva una pulsera con los colores de España en su muñeca derecha, una pegatina con la bandera preconstitucional en la parte trasera de su móvil y que según muchos medios, lleva una pistola metida en su cinto, a modo de presentador de circo, comenzó una de las jornadas más patéticas de los "conspiranoicos" de lo que llevamos de juicio. Todo comenzó cuándo la sala, con gran estupor, escuchó como el abogado se refería a Parot, el primero de los interrogados como "Señor Parot".
Será por educación o por lo que sea, pero un asesino, una persona que mata para "oprimir al estado opresor" a mi parecer, no es para nada un señor.
Pero evidentemente esto no fue lo peor. Vía escolar.net relato a continuación las preguntas que fueron formuladas a los tres asesinos:
"Vamos a ver, señor Parot, ¿tiene usted conocimientos de árabe? - ¿En algunas de las prisiones que ha estado ha tenido contactos con miembros del terrorismo islámico? - Como miembro de la organización armada ETA, incluso como miembro de su dirección, ¿ha tenido conocimiento de alguna relación entre este atentado y su cúpula directiva? - ¿Sabe usted si miembros de ETA han ido a entrenar a Líbano con gente de Hezbola? - ¿Le hizo llegar a Abdelkrim la fórmula de la cloratita? - ¿Ha viajado usted a Irak?"Los etarras estuvieron bastante apáticos y respondieron no a casi todas las preguntas. Pero el colmo de los colmos, llegó cuándo uno de los abogados, preguntó a Parot por qué “El Chino” dijo sobre el 11-M que “estos de la ETA se han pasado”. Parot, se echó a reir y el juez lo reprendió, a lo que Parot respondió: "Es que si ustedes hubieran sido coherentes, yo no tendría que estar aquí".
Lo han conseguido. Ahora los etarras son los coherentes. Mi más sincera enhorabuena a la AVT.
Y es normal que lo sean, pues con declaraciones de testigos como Carolina Folgueira, que haber reconocido a tres etarras que se rieron de su lazo negro, aunque no recordaba ni su cara ni sus nombres.
Con tres años de ácido bórico, hojas de lechuga y cintas de la Orquesta Mondragón, lo único que han conseguido es convertir a los encapuchados en coherentes. Pero claro, los conspiranoicos no le darán mucha importancia a estos testimonios, porque la palabra de un terrorista islamista vale más que la palabra de un terrorista vasco. Una pena.
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